jueves, 29 de marzo de 2012

miércoles, 28 de marzo de 2012

Duendes voladores

No estoy segura, sólo es una intuición. Siento que un simple contacto me hace estremecer. Quizá si me coges de la mano mis pies se despeguen del suelo. ¿Te imaginas? Volar. Pero ¿para qué mirar el paisaje si puedo mirarte a los ojos?
O mejor aún, sentir tu mano acariciando mi mejilla y cerrar los ojos. Sentir tus labios posados sobre los míos y no querer separarlos nunca. Sentir tus manos rodeando mi cintura y contener la respiración.
Entonces no importaría nada alrededor. Sólo tu y yo, lo mismo sobre las nubes que enterrados.
Quizá no sea necesario volar para eso.

martes, 6 de marzo de 2012

Siempre


Siempre admiré esa capacidad de la naturaleza para crear cosas hermosas y combinar colores y formas. No podía verlo y no compartirlo.

viernes, 2 de marzo de 2012

Cuando el duende sueña

He vuelto a soñar contigo. Con tu mirada bicolor observándome, con tus labios amables rozando mi piel, con tu pelo enredado entre mis dedos, con tus mejillas ásperas por el asomo de barba y tus manos fuertes llenas de pasión. He vuelto a soñar con tus caricias y tus dulces palabras al oído: con que me llamas princesa y me susurras "te quiero nenita". Y con el sueño ha venido el deseo de sábanas revueltas y besos de los que cortan la respiración. Me ha hecho desear como nunca que me desnudes con los ojos para después hacerlo con las manos, que recorras cada rincón de mi cuerpo buscando sin éxito a la niña inocente que se esconde para dejar paso a la mujer segura de sí misma.
Pero todo se queda ahí, en un sueño y un ardiente deseo. Y, mientras, las sábanas permanecen frías.