martes, 24 de abril de 2012

Yo no quería ser duende

No. Yo no quería ser duende. Yo quería ser hada. Tu hada.
Yo quería alas en la espalda que me hicieran volar, o en su defecto manos en la cintura que me hiciesen soñar. Pero soy incapaz de despegar los pies del suelo y la mente de la consciencia.
Yo quería cabellos largos y sueltos y dedos enredados en ellos buscando atrapar los rayos de luz que se cuelan por los agujeros de una persiana cerrada. Pero en la oscuridad ninguna mano acaricia mi pelo.
Yo quería pies descalzos jugando bajo las sábanas. Pero estoy de pie y los zapatos me hacen daño.
Yo quería un vestido de tela fina. No, yo no quería ningún vestido. Ni lo quiero. Yo quería que la piel fuese la única ropa necesaria.
Yo quería ser hada. Tu hada. Pero solo soy un duende que llora.