martes, 5 de julio de 2016

Cambios

Nunca me gustaron los cambios y menos los bruscos. Y sin embargo en dos semanas he puesto mi vida patas arriba. Y lo cierto es que no sé cómo sentirme al respecto.
¿Has tomado alguna vez una decisión importante segura de que era lo correcto? Y aún así sabes que tiene una parte mala y que en algún momento llegará. Bueno, pues ha llegado.
No te voy a mentir, llevaba tiempo sabiendo que teníamos fecha de caducidad. Creo que precisamente contribuía a ello tu necesidad de "para siempres". Intenté muchas veces hacerte entender mi visión de las cosas pero no fui capaz, igual que tampoco conseguí entender la tuya.
Pero también es culpa mía. Me prohibí a mí misma cosas que me apetecían porque creí que era lo mejor y estaba equivocada. Seguramente todo habría sido más sano así pero nadie nace sabiendo. Ahora ya lo sé.
También tenía miedo. Miedo a no hacer nada por mí misma, a no probar nada nuevo, miedo a esos "para siempres" tan importantes para ti y tan agobiantes para mí. Miedo a no ser lo que necesitabas. Y no nos engañemos porque no lo era.
Y ahora, si bien sé que mi decisión era la mejor, no me siento bien. ¿Habría sido mejor fingir que todo iba bien, que nunca tenía dudas? ¿Habría sido mejor comportarme de manera extraña durante meses haciéndote daño cada día hasta que todo se marchitase de manera natural? No lo creo... Sé que te hice daño pero creo que es lo más justo para ambos, sin las mentiras que nunca te has merecido.
Y estoy contenta con mi decisión, pero obviamente tiene partes malas. Como las miradas de desprecio o las negaciones de saludo de personas con las que me llevaba bien. Me cuesta admitirlo pero me crucé con tu primo y cuando vi su reacción al intentar saludarle lloré.
También es malo este sentimiento de soledad, de vacío. Supongo que es hasta que me acostumbre. Sé que lo he querido yo pero aún no me hago a ello. La verdad es que me da miedo que un momento malo quiera intentar solucionarlo todo solo para poder volver a sentirme como en nuestros buenos momentos. Es contradictorio echar de menos algo que en realidad sabes que no quieres.
Lo que sí que quiero es ver cómo sigues adelante y sobre todo verme a mí misma avanzando en la buena dirección. Y al final es cuestión de tiempo...