viernes, 20 de enero de 2017

Vuelta al pasado

Creo que ya es hora de que este texto vea la luz. Es un borrador que lleva esperando a ser publicado desde el 25 de marzo de 2013. No me atreví en su momento por todo lo que implicaba pero ahora realmente tengo ganas de que lo lea alguien que no sea yo, incluso de que lo lea la persona a la que originalmente estaba dirigido. Ahora que todo ha cambiado tanto, ahora que yo misma no soy quien lo escribió, ahora que mis ideas respecto al amor y los celos son totalmente distintas. Ahora es cuando miro atrás y veo la lucha en la que me encontraba hace cuatro años, y cuando más me alegro de haber llegado a una tregua.



Dagas

¿Has sentido alguna vez cómo mil dagas afiladas se te clavaban por dentro? Sé perfectamente que sí. Por eso no quiero que leas esto. Por favor para si has empezado a hacerlo, chico de los ojos bicolores. Te lo pido de verdad. No sigas leyendo.

Y si has decidido seguir... cuando acabes olvídalo y no me juzgues por haberlo escrito. Por favor. Déjame decir cosas que no sé si siento realmente porque son las propias palabras las que se mueren por salir. No me importa si esto no tiene sentido, si repito palabras o si cambio sin querer algún tiempo verbal porque sólo me estoy desahogando.
A veces te odio. Hay momentos en los que una mano me oprime con terrible fuerza el corazón y te odio. Momentos en los que deseo con ardor que a ti también te duela y que llores las mismas lágrimas que lloré y aún lloro yo. Instantes en los que desearía gritarte todos los insultos del mundo y golpearte con todas mis fuerzas mientras lloro aún más al recordar todas las noches que mis ojos se han llenado de lágrimas por tu culpa. La rabia me corre por las venas y explota en gritos de ira porque me hiciste mucho daño.
Pero luego me calmo y me horrorizo de lo que he pensado, de lo que he deseado hacer y de lo que quería que te pasase. Es cuando me doy cuenta de que yo no quiero eso. Lo último que quiero es verte sufrir, aunque ambos sabemos que aquí el verbo "ver" está fuera de lugar debido a los kilómetros.
Quiero que seas feliz, de verdad. Puede que pienses que cuando te lo digo no hablo en serio pero es cierto. Recuerdo que una noche te vi triste y se me encogió el alma, y de verdad que no quiero que nunca estés así.
Sé que ahora lo eres y te juro que me alegro muchísimo por ti, por vosotros. Pero hay algo que no puedo negar y es que a veces la odio sin que tenga la culpa de nada. Sé perfectamente que de no ser por ella tú no serías feliz igual que sé que sin su intervención no habrías hablado conmigo. Y debo estarle completamente agradecida por haberte convencido porque lo necesitaba. Pero por mucho que racionalmente no tenga más que motivos para apreciarla, algo dentro de mí me dice que debo detestarla. Es la envidia, son los celos, es la estúpida sensación de que ella tiene la culpa de que ya no pueda ser. Pero en realidad nunca pudo ser y ella no es culpable de nada.
Me gustaría que supieras que no quiero odiarte, que te agradezco mucho que le hayas convencido de que me hable, y que espero que te haga muy feliz. Aunque sé que lo hará. Por favor, sigue haciéndole tan feliz como le estás haciendo ser ahora mismo y perdóname por todas las cosas malas que mi podrida mente piensa a veces sobre ti.
Todo lo que me pasa por la cabeza se resume en que me alegro de verte feliz pero me mata no formar parte de esa alegría.
Y esas dagas de las que hablaba se me clavan por dentro cada vez que la mencionas, que me llamas amiga o me dices que ya no me quieres. Aunque lo sepa perfectamente no puedo evitarlo.
Solo necesitaba soltarlo. Por favor prométeme que si lo has leído nunca lo vas a mencionar. No quiero que te sientas mal por saber cómo me siento pero no decirlo me estaba carcomiendo por dentro.
Todo es tan diferente ene ste momento... Siempre que escribía algo aquí pensaba que nunca lo leerías y eso era lo que me daba la libertad suficiente para hablar abiertamente. Ahora estoy escribiendo sin que quiera realmente que lo leas pero si has llegado aquí ya es tarde para eso. Te sigo queriendo. Perdóname por eso.