viernes, 21 de abril de 2017

Cambios

"No cambies nunca". Es esa frase que te decían de pequeño al terminar un campamento de verano. La cantidad de veces que una de esas personas con las que había estado conviviendo durante diez días me firmaba en una libreta con esa frase. Y me parecía maravillosa. Seguramente yo también la utilicé muchas veces. Y es que parece algo bueno ¿no? Si conoces a alguien que te parece que merece la pena, pues que no cambie. Ahora lo pienso y desearle eso a alguien me parece horrible.

Alguien que no cambia se queda estancado, no crece, no aprende de lo que le ha sucedido. Y puedo decir que no hay nada más gratificante que mirar hacia atrás y ver cuantísimo has cambiado a mejor.

A veces cambias sin querer hacerlo. A mí me aterraban los cambios y, sin embargo, yo misma empecé a cambiar. Me di cuenta de que ya no me interesaban las mismas cosas, que prefería pasar mi tiempo de otra manera. Me di cuenta de que estaba totalmente perdida y de que, por miedo al cambio, no estaba haciendo nada para encontrarme. Y es triste darte cuenta de que las personas de tu alrededor han cambiado a la vez que tú... pero que no todos habéis ido en la misma dirección. A veces cambiar significa darte cuenta de que no todas las personas de tu entorno encajan en tu vida.

He cambiado muchísimo en los últimos meses. Cualquiera que me conozca sabrá que es así. Y algunos de esos cambios han sido a propósito. Yo he tomado las decisiones que me han llevado a este punto de mi vida. Me daba miedo cambiar, eso he de admitirlo. Me daba miedo no tomar la decisión adecuada y tirar por la borda todo aquello por lo que llevaba tanto tiempo luchando para nada. Pero a día de hoy no puedo alegrarme más de haber dado ese paso.

He crecido como persona. He empezado a atreverme a muchas cosas que me apetecían pero me daban miedo. He retomado algunas de las cosas que más feliz me hacían y que había dejado de lado. He reflexionado sobre muchísimos temas y cambiado mis ideas sobre algunos muy importantes. He disfrutado de todo lo que he podido al máximo. He decidido que, mientras tenga tiempo y dinero, me voy a apuntar a todo lo que me apetezca. He conocido a muchísima gente maravillosa. He decidido qué camino quiero seguir. Y nada de esto habría sido así si no hubiera decidido cambiar.

No solo he cambiado a nivel psicológico, también físico. Hace ya unos meses que me di cuenta de que había empezado a vestir de manera diferente. No fue algo planeado pero es totalmente cierto. Y hacer limpieza de armario y quedarte solo con aquello con lo que te identificas ahora mismo es un gran ejercicio. Y, por supuesto, yo misma he decidido llevar a cabo otra serie de cambios exteriores. Teñirme y después cortarme el pelo ha sido la gran ruptura. Llevaba años peinándome siempre igual y necesitaba expresar de manera física todo el cambio interior que estoy viviendo.

Me quedan un par de cosas que quiero hacer para terminar este cambio, para adaptar mi apariencia a cómo me siento. Espero poder llevarlas a cabo en las próximas semanas. Puede parecer una estupidez pero para mí es el acto que pone fin a una época.

No quiero confundir a nadie. No ha sido una época mala ni mucho menos. Soy de los que opinan que somos como somos por todo lo que hemos vivido y yo he aprendido muchísimo en estos años. Las personas con las que he compartido esta etapa que estoy terminando de quemar me han hecho feliz durante mucho tiempo y se lo agradezco en el alma. No huyo de algo oscuro hacia la luz como puede parecer. Solamente cambio algo que ya no me llenaba por otra cosa que me hace sentir plena de nuevo.

No tengáis miedo al cambio porque no es malo. Siempre puede ser a mejor, eso depende en gran medida de uno mismo. Y si notas que lo necesitas, da el paso.

Supongo que si ahora firmase en el cuaderno de alguien, le diría algo tal que así:
"Cambia siempre a mejor, pero no tengas miedo de hacerlo".

No hay comentarios:

Publicar un comentario